Esos en que el amor duele,
en que la risa muere
por las pestañas resbala
mi corazón hecho agua.
Un día de esos
hasta lo que está bien está mal
lo mal va a peor,
me arden los ojos
y se endurece la voz.
No necesito una broma,
No necesito que me aconsejes,
ni que me entiendas
ni que me expliques.
No me enojo si te vas,
no importa si te quedás,
No quiero que te sientas igual,
ni hace falta que te importe.
No cantes, no recites,
ni me regales una flor,
No me importa si dejás entrar el sol,
O si afuera el mundo se durmió,
No me cuentes tu historia,
No escuches la mía,
No escribas una canción
Sobre esta pena fría.
Sin lágrimas, sin empatía,
sin gracias, sin perdón,
Sin recuerdos, ni moralejas,
ni palabras de algodón.
No digas que va a cambiar,
o que va a ir mejor,
No endulces los oidos
con tu voz de miel,
No evitarás que el viento
me deshaga en jirones de piel.
No digas
No trates,
No hagas.
No hables.
Una sola cosa puede servir
Sólo algo puede hacerme sentir
que sigo en el mundo
que vivo a cada segundo.
Que tengo el alma herida
pero que sigo con vida.
Porque desvanezco,
no enfrento las sombras,
pronto no habrá nada.
No quedarán de mí
más que pedazos,
Hasta que, por favor,
Me des un abrazo.
es perfecto...
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