viernes, 7 de septiembre de 2012

El mejor de los mundos posibles

El mejor de los mundos posibles I

- Es este un lugar inhóspito para los deseosos. He arrojado fortunas en monedas en las fuentes, mas al llegar al fondo anclan el pedido allí. He hablado a infinitas estrellas, que cruzan presurosas a cumplir otras voluntades alejadas de las mías. 
He pedido con fervor por una mirada, y recibí desprecio; con ansias una despedida y un reencuentro, y aún no me he visto por primera vez; un don y no he hallado pasión. 
No es este el mundo apto para querer. Háblame de un viaje que me regocije el alma.

- He visitado un mundo en que todos los deseos se cumplen. Sus gentes saben de inmediatez, de certeza, de muecas jactanciosas, de fortunas, de habilidades útiles, y de destinos pavimentados, con rectas esquinas y señales inconfundibles.
Apenas cruzado su atmósfera, deseé que todos mis deseos se cumplieran. Lo tuve todo. Hallé todo. La suerte dormía en mis brazos. 

- ¡Ese es un lugar límpido y seguro! ¿Qué más has conseguido allí? 

- He conseguido olvidar. Ahora apenas recuerdo cómo es esperar con el corazón golpeando para salirse de su cárcel de huesos y prejuicios, cómo es despertar y seguir sumido en el sueño anhelado, cómo es querer llegar al fin, y nunca dejar de comenzar. 
Creo que allí las gentes no saben hablarle a las estrellas, ni cómo enjaular el alma en una moneda arrojada a una fuente, ni cómo hacer pactos secretos con su propia voluntad.
Creo que allí apenas saben cómo desear.

El mejor de los mundos posibles II

- Es éste un sitio de flechas rotas, de colores fríos, de julios eternos, de fracasos y tristezas. Aquí los corazones son frágiles, se estrangulan, encogen, tuercen, duelen y finalmente crujen y se parten. 
Háblame de un mundo en el que amor platónico no equivalga a utópico, en que las cartas se correspondan, y en el que el destino sea inmediato.

- He dado con un mundo en que todos los amores se consuman. Apenas puesto un pie en esa tierra roja, un gran amor vino a mí, la gravedad invisible nos ató para siempre. Fue eso fácil, único, rápido, sin búsqueda, sin pelea, sin pensarlo, sin sopesarlo. No conocí allí la experiencia de aumentar mi luz hasta cegarle los ojos y el corazón, no supe de dolores invisibles e insaciables, no supe de esfuerzos, búsquedas, ni temblores.

- ¡Ah, ese es un buen sitio! Allí, el destino no se demora. Allí el amor es simple. ¿Qué canciones y poesías te han enseñado esos amantes? 

- He aprendido que todos allí desconocen la vastedad del amor que crece, aunque no obtiene reflejo alguno cuando se ve en los ojos amados; nadie allí se ha visto a si mismo sonreir pensando otro rostro, otro nombre, incluso en un día poco feliz, nadie allí se siente feo e insignificante, por ser sólo alguien en el mundo, ni nadie allí se siente especial por ser el mundo para alguien. 
Creo que nadie canta. Ni escribe. Ni vibran cuerdas. Ni se leen poemas. Nadie allí tiene el alma en un estado de amor tan llena o tan vacía como para necesitar del arte.

El mejor de los mundos posibles III

- Es este un planeta inconcluso. No he hallado aquí respuestas satisfactorias, ni a las preguntas más vanas, ni a las más intrincadas. No he conocido nadie que sepa decirme lo que quiero. No logro saber todo lo que no sé, no consigo terminar de entender, ni puedo concluir, ni llamarme sabio. Háblame de un sitio en el que todas mis preguntas pasen a sentencias.

- Bien he conocido un mundo en que todos saben todo. Nadie necesita preguntar, porque todos saben las respuestas. Nadie necesita buscar, porque nada se pierde. Nadie estudia nada porque nunca han sido ignorantes. Nadie aprende, y nadie enseña. Nadie prueba, y nadie falla. Nadie fracasa porque nadie puede conseguir más exito que nadie.

- ¡Ah! Es aquel planeta la panacea de los sabios. ¿Qué más sabes de allí?

- Sé que nunca han reído al leer, nunca han preguntado mil veces lo mismo, nunca han discutido sobre las fórmulas, las clasificaciones, ni la diferencia entre índigo o lila, ni sobre la verdad, ni sobre la vida. Sé que no buscan, no curiosean, no cambian, no crecen, no admiran, no imaginan, no erran, no hablan, no escriben, no interpretan, y no conocen. Sé que nunca han sabido que han aprendido algo nuevo, cuando ven el mundo conocido, de una forma diferente.

El mejor de los mundos posibles IV

- Me he hartado de discutir, de pelear, de defender, de ceder, de escuchar, de gritar, de exponer, de luchar, de convencer, de explicar, de argumentar, de votar, de aceptar. Háblame de un mundo en que las mentes funcionen al unísono.

- He estado yo en un mundo cabal. Allí las gentes laten al mismo compás, coinciden, andan rectas, de rostros impávidos, voces monocordes, manos quietas, pasos constantes. Allí hay calma, apatía, igualdad, quietud. Hay una sola nota musical, hay un único libro, hay una sola voz, hay un solo sentimiento, hay un sólo dibujo, hay una sola canción, hay un solo sueño.

- Parece ser ése el opuesto perfecto a Babel. ¿Qué más me cuentas de allí?

- Allí las gentes no se conocen, no se hablan, no intercambian, no enseñan, no aprenden. No dedican canciones, no saben de libertad ni opresión, no saben de valor o cobardía, no saben de luchar, ganar ni perder. No evolucionan, no buscan, no encuentran. Prescinden de ello. Todos allí son iguales. Todo allí es igual. No han elegido. No han sabido del sentimiento eléctrico que recorre cada esquina del cuerpo cuando sucede la conexión, no han repetido un nombre distinto a todos en sueños, no se han sentido raros ni idiotas ni sabios, no han compartido rarezas, idioteces y sabiduría. Nunca se han enamorado.

El mejor de los mundos posibles V

- Es este un sitio donde todo se pierde, se olvida, se deja, se abandona, se tira, se va, se acaba. Es un mundo de puntos finales, de cortes, de rupturas, de quebrantos. Es un mundo que muere un poco todos los días. Háblame de vivir para siempre.

- He estado yo en un mundo donde nadie muere jamás. Allí las gentes no sufren, no despiden, no pierden, no dejan, no lloran, no añoran, no anhelan, no temen, no guardan, no peligran, no terminan. Caminan lento, hablan despacio, da lo mismo un ayer que un mañana, y del hoy ni se preocupan. Han visto todo.

- ¡Es ese un mundo benévolo para las tristezas! ¿Qué han visto aquellos inmortales?

- Han visto tantos nacimientos que no les emocionan ya. Han dormido tanto que ya no sueñan. Han tenido tanto que ya no quieren. Han hablado tanto que ahora callan. Han existido tanto que ya no recuerdan. Han tomado tanto que ya no estiran las manos. Han andado tanto que ya no caminan. Han visto, oido, tocado y tenido tanto que ya no miran, oyen, acarician ni amhbicionan más. No evocan el pasado, no imaginan el futuro, y ya ni siquiera viven el presente.

El mejor de los mundos posibles

- Me has hablado de mundos maravillosos. Dime, ¿Cómo has llegado al mundo de los deseos cumplidos?
- Deseando con fervor.
- ¿Y al de los amores perfectos?
- Amando con locura.
- ¿Y al mundo de la sabiduría?
- Preguntando con ansias.
- ¿Y al mundo de la igualdad?
- Siendo diferente.
- ¿Y al mundo de la eternidad?
- Viviendo como justo antes de morir.
- Y dime, si has llegado a todos esos mundos, ¿Por qué has vuelto?
- Porque sólo en este mundo de anhelos, puedo desear apretando los párpados infinitamente, sólo en este mundo de desengaños puedo amar de la única manera sensata, que es con locura; sólo en este mundo de interrogantes puedo saber cada día algo más, sólo en este mundo de disparidades puedo hallar paz, sólo en este mundo en que lo único seguro es morir, puedo yo vivir plenamente y perdurar fuera de mi cuerpo, y en el corazón de alguien más.
- ¿Y qué mundo es éste?
- Este, es el mejor de los mundos posibles.



martes, 28 de agosto de 2012

Testimonio

Tic tac, otro kilómetro del segundero
Espero, respiro, vivo, y te veo,
Y así un momento...

Ando, miro, escucho, leo, siento
Entre el rugido del mundo, tus verbos,
Y así nace otro cuento.

Dices, miras, nombras una estrella
Entiendo el arte, el miedo, la rebelión
Y así una canción.

Sed de vos, sueño o razón
No te vi hoy, te extraño, me pierdo
Y así otra lágrima del corazón.

Tiene conexión, una clave, un sol
Te tiene a vos, tu voz, este, mi mundo
Y cuanto de imaginación.

Descerrajando ego y ambición
Doy mi aplauso, risa, orgullo y pasión
Y para tu vida el deseo mejor.      

Sé del sabor cuando quema el fuego
No te veo, no sé, no acierto.
Y así estoico, un árbol muerto por dentro.

Tic Tac, pasa el día, el mundo, el viento
pasa, me paro, me aferro, te vas, te quiero
Y así , así todo el tiempo.



domingo, 19 de agosto de 2012

Ida, vida y vuelta

Tenía kilómetros de tiempo por delante,
vendía ilusiones al mejor postor,
balbuceaba algunas falsas verdades,
confundía todo con amor.
Tenía una idea de mañana,
igual era que sol se alzara o muriera
algunas palabras vanas,
y nada de mí que yo supiera.
Mis primeras frases sin sentido,
lágrimas dulces, limpia la voz,
el río, el mismo dos días seguidos,
ignoraba lo implacable del reloj.

Un día sopló una brisa niña,
entró con ella el ángel de los sinos,
tomó mi mano -ven, camina,
y al voltear, ya me había ido.
¿Y dónde se fue todo aquello?
Todas las vidas son del tiempo.
Lo que era bueno, cierto, bello,
todo vino y voló,
todo un soplo del viento.
Ya esa tarde es un cuento
las caricias un regalo viejo
ya una risa es recuerdo
era todo, ya es fragmento.

No es hoy acaso el mundo nuevo,
si cada mañana otro sol me llama,
si otro río cada segundo me baña,
es que antes no miraba lo que ahora veo.
Nos apura el invierno, la locura
el calendario es enseguida viejo,
las fórmulas de siempre no resultan,
¿soy yo en el espejo?.

Ahora mírame, te veo
yo también buscaba volver,
hoy seré tu brisa, tu viento
tu ángel, tu reflejo,
te ayudaré a ver.
Allí están los niños que fuimos
aquí estos peregrinos,
allí los futuros que soñamos
aquí los que hoy vivimos.
De tu mano ya no temo,
de mi mano eres libre,
a tu lado ya no anhelo,
a mi lado sólo ríes.

Ya estamos aprendiendo,
somos esto que tenemos,
estas manos juntas, una vida, un tiempo
todo desde antes, desde cero
un recuerdo, un amor, un beso,
Ya vamos volviendo,
juntos, despeinados, viviendo,
siendo un poco ángel,
siendo un poco viento.
















domingo, 12 de agosto de 2012

La Dama


LA DAMA (La Plata)
¡Ah! A veces las grandes ciudades tienen más líneas de colectivos que emociones… pero esta ciudad tiene sentimientos. Y colectivos, y taxis, si, pero esta ciudad siente como mujer. Recuerdo cuando, como buena mujer, abrió sus puertas una vez, ¡ay que calor hacía ese día! El horizonte recortado por el concreto y pincelado de gris, el aire caliente, y esta mujer me dejó entrar, y me puso una mano en el hombro como una mamá. Un taxista no quiso llevarme, tu valija es muy grande, me arruinás el tapizado, pero ella dejó que yo conservara el  equipaje más grande que traía, mi sueño. Yo te ayudo a cumplirlo, me dijo, en medio de un bocinazo, y me advirtió con el rojo del semáforo que las mujeres nunca se despiertan iguales dos días seguidos, y es verdad, porque algunos días esta ciudad se despierta niña, traviesa, y me esconde las ganas, y la fuerza, y la voluntad, y se encapricha y  deja relojes y zapatillas y boletos de colectivo tirados en el piso y me hace tropezar muchas veces. Pero la perdono, porque hay otras tardes en que es una amiga, y me presenta gente, otros huéspedes como yo, y nos ceba unos mates y hace que conversemos de ese sueño que trajimos hace algunos años. Hay que verla cuando se viste de gala, se pone tacos, se pinta la boca, y me lleva a pasear por la noche, y al día siguiente se levanta conmigo con el maquillaje corrido y juntas nos acordamos de las luces, juntamos los vasos, y nos reímos con sonrisas pícaras, ¡qué buena noche!. Los peores días son cuando se despierta gris, a ese humor no hay con qué darle, y llueve, y a veces hasta tira piedras, y me moja el sueño. ¡Para qué estoy acá!, y me canso, y estoy perdida, encima hay viento,  llueve, y ya que está lloramos las dos. Pero esta mujer es impredecible, y sin previo aviso, se corren las nubes, y la humedad mata, muerden los mosquitos, ¡pero a vos nada te cae bien!, aunque como buena anfitriona me rescata el sueño, aquél primer sueño que se estaba escurriendo por el rio que se formó en el cordón de la vereda para que lo seque al sol, y lo mire un rato como se mece al compás de algún recuerdo que canturrea, y me acuerde de cómo me sentía el primer día de nuestra convivencia. Entonces  abro la ventana,  pongo música, y caliento el agua. Sabe cómo ser mi hermana de nuevo, que se sienta conmigo a leer. ¿Y cuando se enamora? Ay, ahí sí que la desconozco, es temprano, hoy termino este capítulo, quizás mañana le vea y pueda hablarle, ¿ya es de noche? y el resumen es una mancha amarillo flúo, no sé qué leí, y las horas se van volando en estrategias e interpretaciones con la chica de la habitación de al lado (me acuerdo que la ciudad me la presentó un día en un recreo…qué buen día aquél), bueno, vamos a dormir, y caray, ¿son las 3 de la mañana, ya?, mañana te jugás todo. Pero pasa que  cuando no le digo nada, todo sucede al revés. Encima empiezo a extrañar, y la que se levanta triste, malhumorada y gris soy yo, pero ella me alcanza un pañuelo, y reconozco la suerte de haber conocido a otros como yo, ay hermanos, necesito hablar, y las penas se hacen amenas por horas, me dicen lo que no quiero escuchar, y me secan las lágrimas, cuando se van yo la miro a esta ciudad por la ventana y le agradezco con un gesto. Aunque cuando se queda dormida es lo peor, porque generalmente se queda durmiendo los domingos, y encima parece que todos los demás se duermen también, y la calle está vacía, todo está como muerto, la distancia a casa crece, y asoma la melancolía y la música que invita a las lágrimas a humedecer las pestañas, ¡que sueño pesado que tiene! , a veces le dura hasta el lunes, y yo acá desvelada. Y cuando es de noche, tarde, tengo que leer tanto… no tengo ganas, quiero dormir, quiero que todo pase, a veces la soledad se hace la compañía peor. Pero ella, que ya pasó por eso muchas veces, me hace un café caliente, y me anima: “vos podés” y se queda despierta conmigo. Definitivamente, la cara más emocionante de esta ciudad de las mil caras,  es cuando se transforma en musa, y vuelan las palabras entre amigos recordando paisajes por visitar y cumpliendo sueños por soñar.
Cuando sólo me acompaño yo, recuerdo que en el cajón guardo las hojas en blanco, y yo me siento tranquila, la ciudad inspira, dibujo, escribo…, y el mundo se ordena entonces... porque yo también soy mujer, las dos, la ciudad y yo somos mujeres, y ella me entiende, y yo la mayoría de las veces también. Y cuando no, tampoco importa, es como una madre, como una hermana, como una amiga, porque está siempre susurrando: quedate tranquila, yo tengo guardado el sueño. Si el día pesa tanto que aplasta el sueño, me lo deja entrever entre la desazón, hasta que  nos entendemos de nuevo, y me palmea la espalda…vamos, a vivir el ilusión, que vale la pena, dicen. Ella me ayuda, no importan los mosquitos, ni las baldosas sueltas, ni el tiempo, que nunca va al mismo ritmo dos días seguidos. Me alberga una anfitriona de oro, inolvidable. El día que cumpla este primer sueño, va a venir otro, y siempre que me olvide algo en una esquina de la memoria, una ventana me devolverá a esta ciudad, que con sus ojos de mujer me mostrará una y otra vez el mundo que quiero volver a ver.

sábado, 16 de junio de 2012

No quietud, movimiento.

Fácil sería tener la ideología floja, la opinión combinada, ser medio transparente.
Cómodo sería caminar tras los que corren, frenar tras los que paran, volver a donde alguien espera.
Apropiado sería asentir si asienten, negar si niegan, sonreír si dicen que es correcto.
Seguro sería acostumbrarse a que es así, aceptar que es lo que hay, y encogerse de hombros.
Sosegado sería rodearse de parecidos, perseguir iguales, desconocer distintos.
Prudente sería  medir cada paso, contar cada suspiro y vigilar cada latido...

...Seria fácil, cómodo, apropiado, seguro, sosegado, y prudente, si en vez de sangre tuviera miedos, si en vez de vivos fuéramos muertos.

No quiero lo fácil, quiero pensar, creer en lo que pienso, defender lo que pienso, cultivarlo, y hasta tener la entereza de poder cambiarlo. Quiero tener ideas, y que haya quienes las compartan, quienes las destrocen, que a algunos los envenenen y a otros enamoren.
No quiero estar cómoda, quiero ser valiente, y empezar a caminar sin tener camino, detenerme si lo necesito y avanzar aunque el viento y el mundo vaya en el otro sentido.
No quiero hacer lo apropiado, quiero que hierva la sangre y  asentir si oigo razones que golpean mi razon, negar si las verdades me suenan a mentiras , deshacerme los ojos si de rabia o de dicha me hacen llorar, y agotar la voz si necesito gritar.
No quiero estar a salvo, quiero estar viva,y desprenderme de la costumbre, buscar los cambios, preguntar para aprender, aprender para saber, y saber para legar.
No quiero sosiego, quiero el caos de los sabios, de los ineptos, los niños, los maestros, los buenos, los viejos, los diablos, los honestos, los de siempre y los nuevos, quiero entre ellos adivinarme y construirme, expandirme y hallar un centro.
No quiero ser prudente, quiero saltar los abismos que me dan miedo, quiero quedarme sin aire riendo, quiero que el pecho duela de sentimiento.

No durar, trascender.
No aceptar, preguntar.
No silenciar, escuchar.
No callar, hablar.
No quiero ser objeto, somos humanos, no elementos.
No quiero ser aire quieto, quiero ser viento, en movimiento.








martes, 5 de junio de 2012

Así


Como la inocencia se aleja
Como el herido se queja
Como el mar sobre roca rompe
Como el diablo se esconde.

Como una espina en la piel
Como los trazos en el papel
Como la sal en las heridas
Como el vacío en las despedidas.

Como el tiempo que galopa
Como la vida se agota
Como el vértigo en la altura
Como un recuerdo perdura.

Es así de inevitable,
Es así de profundo,
Es así de inolvidable
Que tú has entrado en mi mundo.

sábado, 26 de mayo de 2012

Tu nombre

 Hoy tengo la imaginación atascada. No puedo imaginarme nada más, si tengo la mente así de ocupada. Está repleta de vos, y las ideas son el alfiler que ya no entra en el salón.
Intento crear una buena historia, de las que emocionan, y de las que los demás se apropian. Trato de pensar un título atrapante. Pero sólo me viene a la cabeza, a las manos, a los labios, tu nombre. Lo escribo, así por lo menos los demás recuerdos tienen algo más de espacio para estirar las alas.
 Quiero empezar por el principio. Un principio que de idea de incierto, de expectante, de súbito, de que todo puede pasar, como fue el día en que me  fijé en vos por primera vez. Era de tarde, y había sido un lunes, o capaz un jueves, bastante blanco, tonto. O negro, aburrido. O mejor gris, el caso es que no recuerdo nada más, hasta que te ví. Iba yo saliendo, andando, o a lo mejor volviendo, y cerca estabas hablando, o discutiendo, o tratando de explicar algo, porque hacías esos gestos con las manos, como cuando tenés tantas cosas para decir, que las palabras se te amontonan en la garganta, y agitás los brazos para darles un empujón. Te miré porque te escuché, y me sorprendiste. En el medio del enjambre de argumentos y aspavientos, me dedicaste una mirada y un hola, que fueron la primera pincelada de color, de tantas que me regalarías.
 Pero quiero ahora inventar los personajes. Para una buena historia, tengo que tener buenos personajes. Interesantes. Inteligentes. Independientes. Complicados. Llenos de vida. Pero así sólo puedo describirte a vos, aunque resulte difícil creer que tantas cosas quepan en una persona.
Eso es lo que pensé cuando empecé a conocerte. Porque todo lo que recuerdo vuelve a ser gris, hasta el día en que te ví acercarte, y esta vez el gesto de saludo con la mano era para mí. Y la sonrisa también. Ese día, y los que sigueron, ya no eran más grises, eran pinceladas distintas, del color de los sueños cuando me hablabas de tener ilusiones, del color del cielo,cuando te contaba los primeros secretos, del color de tus ojos cuando decías mi nombre, y de los míos cuando me hacías reír.
 Quizás debiera pensar en el marco de la historia que quiero escribir. Para que quien la lea pueda transportarse a vivirla. Lugares, situaciones que mis personajes recorran.
Cierro los ojos para imaginar, sin embargo, sólo puedo ver tras mis párpados las mañanas tibias de sol dorado que cayendo en tu pelo te hacen ver como si fueras de otra época, atemporal, y me encanta. O cuando llueve y me decís que no trate de esquivarla, que nos mojemos, porque la lluvia no es agua, la lluvia son deseos que si tocan la piel se hacen realidad, y yo te creo. O cuando es de noche, y puede haber mil estrellas, pero quedan opacas si me decís te quiero, y yo te quiero.
 Quisiera lograr un nudo en mi historia. Es aquí donde debería surgir un conflicto para que la tensión narrativa llegue a su punto cúlmine, para que el hilo de la historia se enriede, para luego poder desatarlo.
En cambio, por más que quiera anudar las cosas, ahora ya no puedo, porque una vez me dijiste que la vida es como el mar, calma y celeste, o negra y embravecida, que lo que nos resta es aprender a nadar entre las aguas de opciones hasta encontrar la isla de la decisión, surfear las olas confusas, y tratar de flotar en calma. Que me quede tranquila, que vos siempre estarás en la orilla.
 Este punto es donde todo debería aclararse. Llevo tanto tiempo pensandote, que ahora todo lo que imagino te evoca, y si pienso en el rostro de mis personajes, sólo veo las pestañas que ocultan tus ojos antes de echarte a soñar, o de besarme. Y si pienso en la voz de mis personajes, oigo sólo tu canto que para mí es el sonido que debería tener el mundo. Y si pienso en lo que sienten, sólo siento lo que siento yo cuando tus manos blancas y suaves no me dejan ir.
 Quizás aún pueda escribir un fin. Y pienso en que si los personajes han dejado todo de sí, puede ser un final feliz. O puede que sea un final triste, si no han llegado ellos a mirarte como te miro, a quererte como te quiero, a admirarte como te admiro.
O puede que no haya final, porque es lo que yo desearía si fuera la protagonista de una historia con vos. Porque no puede acabar la canción que cantás al hablar, no puede terminar el baile con el que me enseñaste a volar.
 Hoy tengo la imaginación atascada. Quise inventar una historia, pero sólo puedo pensar en la nuestra.
 Hoy tengo la imaginación atascada, y no pude pensar en otros pasados que no fueran los que hemos trazado, ni en otros futuros que no sean los que vendrán con vos si estás a mi lado, luego de este punto.

martes, 1 de mayo de 2012

Un abrazo

Hoy es un día de esos.
Esos en que el amor duele,
en que la risa muere
por las pestañas resbala
mi corazón hecho agua.
Un día de esos
hasta lo que está bien está mal
lo mal va a peor,
me arden los ojos
y se endurece la voz.
No necesito una broma,
No necesito que me aconsejes,
ni que me entiendas
ni que me expliques.
No me enojo si te vas,
no importa si te quedás,
No quiero que te sientas igual,
ni hace falta que te importe.
No cantes, no recites,
ni me regales una flor,
No me importa si dejás entrar el sol,
O si afuera el mundo se durmió,
No me cuentes tu historia,
No escuches la mía,
No escribas una canción
Sobre esta pena fría.
Sin lágrimas, sin empatía,
sin gracias, sin perdón,
Sin recuerdos, ni moralejas,
ni palabras de algodón.
No digas que va a cambiar,
o que va a ir mejor,
No endulces los oidos
con tu voz de miel,
No evitarás que el viento
me deshaga en jirones de piel.
No digas
No pienses,
No trates,
No hagas.
No hables.
Una sola cosa puede servir
Sólo algo puede hacerme sentir
que sigo en el mundo
que vivo a cada segundo.
Que tengo el alma herida
pero que sigo con vida.
Porque desvanezco,
no enfrento las sombras,
pronto no habrá nada.
No quedarán de mí
más que pedazos,
Hasta que, por favor,
Me des un abrazo.

lunes, 2 de abril de 2012

Ese instante del día

De vez en cuando encuentra un momento
para entender lo que el silencio
tiene que decir.
Cuando todo se calla,
cuando todos se han ido,
cuando ella misma se ha ido de sí.
No importa si se siente viva,
o si cae rendida,
es un instante tan suyo
tan suyo como la forma que tiene de mirar
que cuando llega
uno a otro no se dejan escapar.
Sola, sola completamente
sin hora, sin día, sin etiqueta,
y sola de verdad,
no sola bajo la mirada de la gente,
que es peor, y frecuente,
la forma más amarga de soledad.
Y baila, y rie, y llora
todo lo que no ha bailado, llorado, ni reido
desde la última vez
que hizo lo que sintió.
Y piensa, no porque piense en pensar,
porque cuando la única realidad
acaba en la punta de las manos,
y no hay nada que ver ni analizar,
todo el cuerpo se pone a pensar.
Y entiende algo, y pasa lo que pasa,
cuando algo parecido a una respuesta viene,
coloreando algún interrogante transparente
todo lo conocido tiene nueva forma
y un sentido diferente.
Así, cada vez que es libre,
pero libre sin tener que demostrarlo,
todo lo que quiere lo recuerda,
y hasta lo que no quiere también,
pero puede elegir cuáles de esas cosas
no sirven de nada ya,
y por cuáles va a pelear al despertar.
Porque es como un sueño,
pero mejor porque éste lo recordará.
Nadie la ve,
y se despoja de su piel,
de su perfume y de su postura,
se redescubre en el espejo,
y recuerda qué es lo que quiere de verdad.
Y en el reflejo ve los miedos,
que cuando está por allí cumpliendo,
la acosan pero no los puede mirar.
Ahora si, y les habla, sabe que tiene que aprender,
y sonrie porque cree que va a poder
Y siente, siente de la peor y mejor manera,
que es la más difícil,
porque es la de verdad.
Y no tiene que consensuar que es real y qué sueño,
porque nadie la ve ni la oye ni la juzga,
y no importa ni su amor ni su enemigo,
importa lo que crea,
lo que vea,
o más aún, lo que no quiera ver.
Se envuelve en su música,
que se vuelve su voz,
y la cara y el cansancio se desdibujan
y tiene todas las edades a la vez.
Es y deja de ser
se adueña de su vida, y no al revés.
En ningún otro momento
es más ella misma,
que cuando deja de pensar en quién es.
De vez en cuando pasa,
de vez en cuando vive el sueño,
de vez en cuando deja de ser.