viernes, 15 de agosto de 2014

Perdidos

Just because I'm losing
Doesn't mean I'm lost
"Lost!" - Coldplay

Hubo una vez una tormenta

imprevista, de sol, tibia

una fuerza natural, pasional

arrasadora, destructora de estructuras

de cimientos y de leyes.

De verano,

en pleno año invernal,

Inolvidable

Inigualable

Interminable,

lo que duró el temporal.


Cambió la geografía,

el mapa, el día,

la ruta, el plan, directamente cambió el mar.

Bonito ese día,

que empezaba cuando quería,

el tiempo estaba descansando,

a una hora que no debía.


Náufragos en la zozobra de un amor

perdidos en espacio y tiempo,

dueños de un castillo

de arenas y silencios,

fundamos un imperio,

en la playa de la isla que nos salvó.

Pero la gratitud es así,

construimos a su costa,

bebimos de su lluvia

comimos de su fruto,

y un día, nos dispusimos a partir.

En una balsa fuerte,

en una huida obstinada,

determinados los náufragos,

a atar los cabos que faltaban.



Imparables, juntos,

pensábamos volver, redimirnos en el mundo,

sin saber (o quizás sí),

que cambiábamos para siempre

(no te vayas)

a cada segundo.

 

En nuestra vuelta,

nos azotaron más tormentas,

de la mano y a los golpes,

nos mantuvimos a flote,

vos, yo, nuestra balsa,

y todas nuestras esperanzas.

Nos enterramos en la orilla un día,

y cansados por el viaje,

tuvimos que dejar también,

una parte del equipaje.


Y dejamos de ser esos

que naufragaron brillantes, felices,

y somos estos otros,
 
que volvieron opacos y en matices.


Y cada vez que llueve,

nos acordamos,

(te extraño)

y deseamos,

que un rayo parta la tierra,

y volvamos a flotar en la marea.


Y con cada tormenta,

trato de volver, de mojarme los pies,

de hacerte recordar

de aparecer, de hacerte ver,

un pájaro de papel,

en la mirada la miel,

el recuerdo del perfume,

del amor que te tuve

-y que te tendré-


(no me lo digas,

yo creo que a veces, sin querer

intentás también)


Pero ya esas lluvias no te mojan más,

siempre abierta tu ventana,

siempre vos del otro lado

y siempre cerrado el cristal.

Donde la tormenta se estrella,

yo me voy con ella,

con la cara contra el vidrio,

mirá las gotas,

nos dibujan el camino,

esa es la vuelta a la vida de los perdidos.


Ayer en el ojo del vendaval,

hoy vivo en las afueras

de la ciudad,

de tu vida,

y de lo que pudo pasar.


Antes náufrago dorado de sol,

de intemperie y libertad,

hoy te ves liviano, pálido,

mirando desde esa ventana,

la fuerza natural.