Deja que te cuente el cuento,
Del que fui alguna vez,
Que encienda mis mejillas,
Que renueve la vejez,
Deja que de nuevo vuele,
Que reviva mi niñez.
Era estío, era tierra,
Era agua, era rio,
Era todo aquello,
Que luego he querido.
Era entonces niño,
Insensato, valiente, vivo
Arrogante con el tiempo
Perezoso en afanes,
No era yo este viejo
Esforzado en recordarte,
Enredado en recuerdos,
En memorias que arden.
Era yo el que corría
Cuando te vi una tarde,
Eras la que venía
Sin saberlo a enamorarme.
Me quede mirando
Tu vestido blanco,
Me miraste grandemente
Me hablaste algo
Te sonreí a los ojos
Y te amé para siempre.
Un día vino el tiempo
A empujarnos con el viento,
Fuimos menos niños
Fuimos más lentos,
Fuimos menos valientes,
Fuimos más secretos.
Éramos miradas,
Era yo tu sombra,
Eras vos mi hada,
Y yo no decía nada.
La noche conocía
De ese joven el deseo,
El día ocultaba,
En la amistad el secreto.
La edad abrió camino
Tu semilla se abrió en flor
Aquella bella niña
En mujer se convirtió.
Y allí estaba yo
Flanqueando siempre tus pasos
Así te vi caminar
Lentamente a otros brazos.
No puedes culparle,
Con los ojos me gritaste,
No puedo perdonarme,
Y ya no pude abrazarte.
Supiste ser mi motivo
De mis ojos el color,
Te vi desvanecerte,
Y en neblina torné yo.
Dejé atrás mi pueblo,
Cuna de mi niñez
Y de mi gran amor,
Dejé atrás hasta mi fuerza,
Solo te llevé a vos.
El mundo me conoció existente,
Pero con vida no,
Aun de pie, aparente,
Hermanado a mi dolor.
Como la lluvia va y viene,
Así mi vida pasó,
Una secuencia de fotos,
Que no tomé yo.
No he vuelto a verte,
Pero he escuchado una canción,
Una que hablaba de muerte,
De la vida que pasó.
Quiero contarte el cuento,
De lo que sentí una vez,
De ese vestido blanco,
Del que me enamoré.
Deja que te cuente el cuento,
Antes que muera por fin
Deja que de nuevo vuele,
Siempre a tu lado
Siempre velando por ti.