sábado, 14 de diciembre de 2013

No hay día más lindo que el día de hoy


El día antes
 
Es donde todavía converso a media lengua, 
es sepia, es polvo, es senda, 
es aquello grabado a fuego, 
es donde aún están todos los que luego se fueron.
 
Es donde se hacen las historias que contaremos en las cenas, 
es donde mi memoria se entrena.
Es perfumes, es los abuelos, 
es donde mis padres se conocieron.
 
Es donde los héroes fueron hombres, 
es donde nacieron las canciones.
Es el movimiento, antes de la quietud de las fotos, 
es donde se construyeron mis logros.

Es mi "todo" cuando miro a la "nada”
Es también cuando te vi,
es todo lo que tuve y dejé,
es donde vive lo que fui.

El día después
 
Es donde están mis metas,
es todo lo nuevo, lo incierto,
es lo que me mantiene alerta,
es donde me llevará el viento.
 
Es donde se batallarán mis causas,
es el corolario de mis aventuras,
es donde aún no hay excusas,
es todo lo que me resta de ruta.
 
Es desde donde miraré este momento,
y desde donde comenzaré luego,
Es las inéditas victorias,
Es hacia donde va mi historia.
 
Es lo que todavía no existe,
Es donde voy a buscarte,
es todo lo que tendré,
es donde vive lo que seré.

El día de hoy

Es la inminencia del momento,
es donde ocurren los encuentros.
Donde convergen mis pretéritas acciones,
y desde donde divergen las opciones.

Es donde me rebelo a la existencia,
es donde dependo de mi esencia.
Es donde existen las causas,
y las raíces de las consecuencias.

Es donde me empuja mi historia
y desde donde tira mi destino,
Donde gesto mi gloria,
y dibujo mi huella en un camino.

Sólo hoy es cuando vivo,
Es aquí donde te elijo
Es quizás mi último momento,
pero es todo lo que tengo.






jueves, 12 de septiembre de 2013

Oximoron

"En la figura que se llama oxímoron,
se aplica a una palabra un epíteto
que parece contradecirla;
así los gnósticos hablaron de una luz oscura;
los alquimistas, de un sol negro."
("El Zahir"; J. L. Borges)
 
 
Hemos de declarar una guerra santa a aquellos descarados moralistas que reniegan de los claroscuros.
Hemos de combatir a los teóricos del caos, y sus especulaciones pragmáticas sobre la historia del futuro.
Hemos de quebrar el ensordecedor silencio y el confort insoportable en que se han sumido estos doctos ignorantes de las verdades ocultas de este universo.
Hemos de reivindicar la rebeldía, de recordar el olvido en que han hundido a nuestras utopías realizables, hemos de volver a permitirnos el lujo imprescindible de desconocer el porvenir, de tantear a ciegas en la deslumbrante oscuridad que nos precede en el camino sin retorno hacia el mañana. Hemos de reconocer a la incertidumbre como único verdadero motor del libre albedrio.
Hemos de autoproclamarnos los ángeles infernales que han de salvar del descanso eterno a los poetas, que han de rescatar a los juglares dormidos de esta quietud feroz que cubre y calla la música.
Hemos de recuperar el perdido asombro diario, hemos de liberar del tedio en que se han sumido a las desmemoriadas mentes antes agudas y sonoras, hoy sosas y taciturnas.
Hemos de despertar a los dormidos amantes, hemos de atender a los relegados menesteres que devienen del cambio constante de los destinos aleatorios.
Hemos de invertir la recta lógica de las leyes de los hombres, y devolverle la entropía al orden natural de las cosas.
Hemos de ostentar nuestra docilidad frente a los avatares venideros, actuando súbitamente, conscientes de ignorar las consecuencias, avanzando hacia el filo. Porque creemos estar seguros de que cualquier cosa es preferible al remanso incómodo de los hábitos, porque confusamente resueltos aseguramos que la costumbre deviene en vicios impredecibles y peligrosamente adictivos, como el miedo inútil a lo inevitable.
Hemos de odiar fervientemente la simpleza fácil y amar aunque duela la complicada tristeza que da vida a los versos.
Hemos de recorrer hasta consumar, los infinitos caminos que conducen a la búsqueda del perdido amor perdurable, esperanzados en hallar o apenas ver, y quien soñará con sentir, el rescoldo de alguna pasión. Bienaventurado el que muera en manos de la daga efímera del amor eterno, porque en la eternidad vivirá como poeta.
Hemos de atar la libertad a nuestra lengua, pregonándola perpetuamente hasta agotar la voz, para entonces seguir gritando con el alma.
Hemos de creer en imposibles y tener fe en las causas perdidas, que son las que nos obligarán a elegir la búsqueda constante de un más allá glorioso.
Hemos de declarar entonces nuestros nuevos y mejorados principios, a viva voz.
Hemos de tener como única opción ser artífices del propio destino.
 
 
... y mientras los cobardes hablaron de vivir tranquilos
los audaces de morir en paz,
fueron los amantes
los que hablaron al unísono
del siempre y el jamás.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 

viernes, 5 de julio de 2013

Eva

Eva anda,
Anda loca, loca, dicen.
Eva duerme poco, a veces anda despeinada,
Mira por la ventana, fija la mirada.
Eva, es de noche. Eva vigila, sabe por qué.
Viene, salta, la sombra araña.
Eva ve salir el sol, brotar el día
Mientras los cuerdos dormían.

Eva mira,
Mira perdida, a la nada, dicen.
Pero no mira; Eva además ve.
Mira la hoja en blanco, ve revolución
Mira el desastre, ve una razón.
Lo mira: bien, calmo, discreto.
Lo ve gritando, así, tan tácito. Secreto.
Eva ve el corazón.

Eva espera,
Espera nada, cándida, dicen.
Sí, Eva duele, despide, extraña.
Siente, encanta y sangra. Se desarma.
Eva cree. Enfurece, calma, renace y canta.
Eva espera,
Porque Eva ama.
Eva anda,
Se mueve, no se está quieta.
Salta, se detiene, y a veces vuela.
Eva anda en las nubes, se quejan.
Morirían si lo supieran,
Eva tiene pájaros en sus muñecas.

Eva está loca, hacen muecas.
Eva los mira, libre, no siente vergüenza.
Eva baila, escribe, manifiesta.
Ellos sanos, sanos mueren.
Y no quiere cura, llora y ríe.
A Eva no le importa,
Porque Eva vive.








 


sábado, 4 de mayo de 2013

Lo que fui antes de no ser.


Deja que te cuente el cuento,

Del que fui alguna vez,

Que encienda mis mejillas,

Que renueve la vejez,

Deja que de nuevo vuele,

Que reviva mi niñez.

Era estío, era tierra,

Era agua, era rio,

Era todo aquello,

Que luego he querido.

Era entonces niño,

Insensato, valiente, vivo

Arrogante con el tiempo

Perezoso en afanes,

No era yo este viejo

Esforzado en recordarte,

Enredado en recuerdos,

En memorias que arden.

Era yo el que corría

Cuando te vi una tarde,

Eras la que venía

Sin saberlo a enamorarme.

Me quede mirando

Tu vestido blanco,

Me miraste grandemente

Me hablaste algo

Te sonreí a los ojos

Y te amé para siempre.

Un día vino el tiempo

A empujarnos con el viento,

Fuimos menos niños

Fuimos más lentos,

Fuimos menos valientes,

Fuimos más secretos.

Éramos miradas,

Era yo tu sombra,

Eras vos mi hada,

Y yo no decía nada.

La noche conocía

De ese joven el deseo,

El día ocultaba,

En la amistad el secreto.

La edad abrió camino

Tu semilla se abrió en flor

Aquella bella niña

En mujer se convirtió.

Y allí estaba yo

Flanqueando siempre tus pasos

Así te vi caminar

Lentamente a otros brazos.

No puedes culparle,

Con los ojos me gritaste,

No puedo perdonarme,

Y ya no pude abrazarte.

Supiste ser mi motivo

De mis ojos el color,

Te vi desvanecerte,

Y en neblina torné yo.

Dejé atrás mi pueblo,

Cuna de mi niñez

Y de mi gran amor,

Dejé atrás hasta mi fuerza,

Solo te llevé a vos.

El mundo me conoció existente,

Pero con vida no,

Aun de pie, aparente,

Hermanado a mi dolor.

Como la lluvia va y viene,

Así mi vida pasó,

Una secuencia de fotos,

Que no tomé yo.

No he vuelto a verte,

Pero he escuchado una canción,

Una que hablaba de muerte,

De la vida que pasó.

Quiero contarte el cuento,

De lo que sentí una vez,

De ese vestido blanco,

Del que me enamoré.

Deja que te cuente el cuento,

Antes que muera por fin

Deja que de nuevo vuele,

Siempre a tu lado

Siempre velando por ti.